Anuncia Maján

Son las siete de una tarde de junio de 2024. Suenan de fondo ‘The Beatles’, siempre una buena compañía musical. Estoy en un tranquilo rincón de una céntrica cafetería, en Badajoz. Junto a mí se sienta una persona cuyo teléfono móvil no suena durante las más de dos horas que dura la conversación. Un mes atrás esto era impensable.

Su atuendo informal y elegante está lejos del traje con corbata que le ha acompañado las últimas décadas. Con su prejubilación deja atrás muchos años de experiencia, gana tiempo, libertad y conversación reposada, lo mejor cuando uno tiene mucho que contar de su pasado y de su futuro.

Andaluz sereno, dotado de fino humor y de elegancia para hablar claro sin molestar. Nacido de casualidad en Madrid, criado en Sevilla y recriado en Extremadura, ha echado raíces en Badajoz, las raíces más potentes, las de la familia. Y es que su mujer, Lale, y dos de sus tres hijos son extremeños. La madre de Joan Manuel Serrat decía que era de donde comían sus hijos, algo que él comparte totalmente.

Llegados a este punto, si aún no lo han adivinado, les diré que mi invitado es algo más que un invitado, porque por encima de todo es amigo. Hasta final de mayo fue responsable de Comunicación, Sostenibilidad y Relaciones Institucionales en El Corte Inglés de Badajoz, y también de Ámbito Cultural. La cara más visible de esta gran empresa en la región.

Y siempre, para los muchos amigos que tiene, ha sido Miguel Luna. Pero mejor que sea él quien se presente.

“Nací por mera casualidad en Madrid, cuando debiera haber sido en Sevilla, ciudad donde pasé toda mi infancia. A los 19 años me surgió la oportunidad de trabajar en El Corte Inglés y en esta empresa me he desarrollado profesionalmente hasta mis 63 años actuales. Por caprichos del destino conocí a Lale, mi mujer, una extremeña de Fuente del Maestre que, como un imán, me atrajo a esta tierra y en la que hemos decidido continuar nuestra vida después de mi reciente jubilación. Así que soy un andaluz extremeñizado con profundas raíces de amistad y amor a esta tierra, tanto que leo las noticias de Extremadura, veo Canal Extremadura, etc.”.

Le pedimos a Miguel que destaque un aspecto positivo y otro negativo de su personalidad: “Me gustan mucho las relaciones humanas. Me apasionan las personas y me satisface ayudar siempre que puedo, e intento no hacer daño nunca a nadie. Si esto es una cualidad y no algo que todos debiéramos tener, pues esta sería la mía. En el aspecto negativo podríamos extendernos más, pero voy a pararme en lo que de ningún modo he podido resolver, aunque sí mejorar, y es que soy, como se suele decir, ‘un culo inquieto’, impulsivo, lo que me hace cometer errores, y también un tremendo despistado”.

Miguel ha sido prácticamente persona de una sola empresa. Su vinculación con El Corte Inglés le llegó muy joven: “Con tan solo 19 años recién cumplidos yo quería empezar una carrera o hacerme guardia civil, como mi padre. Mi madre me comentó que recogían currículos, y yo entregué el mío y entré en El Corte Inglés después de una entrevista con anécdota incluida para la campaña de lanzamiento del Hipercor de Jerez de la Frontera, en Cádiz. Posteriormente fui trasladado, con este mismo fin, a Sevilla, Granada y Oviedo. Regresé a Sevilla para ocupar un puesto en la administración del centro de Nervión. Es en este centro y en una Feria de Sevilla cuando conocí a la extremeña Lale, con la que me casé y por la que pedí traslado a Badajoz. Traslado que se me concedió por coincidir con la compra del centro comercial que ocupaba lo que luego fue El Corte Inglés. Ya en Badajoz se me hizo responsable del departamento de Servicio de Atención al Cliente y Caja. Unos años más tarde asumí también la responsabilidad de la Comunicación, Sostenibilidad y Relaciones Institucionales. Más tarde, hace siete años, uní una nueva responsabilidad, la de Ámbito Cultural”.

Sobre ‘Ámbito Cultural’, la plataforma de difusión cultural de El Corte Inglés, queremos saber más: “Ámbito Cultural nació en Madrid, concretamente en el centro de Callao, y se estableció en grandes ciudades como Barcelona o Valencia y en muy pocas más. Tuvimos un director, el señor Ginés, trasladado desde Lisboa, donde también contaban con este espacio cultural, y fue él quien me encomendó que emprendiera su creación. Yo no soy lo que se suele decir ‘un cultureta’; de hecho, no tengo estudios universitarios. Pero empecé a darme cuenta de que ‘Ámbito Cultural’ no tenía que hacerlo yo, tenía que ser una sala cultural de Badajoz, de Extremadura. ‘Ámbito Cultural’ lo ha hecho la sociedad extremeña con sus ideas y aportaciones. Hace ya siete años de su inauguración y en todo este tiempo ‘Ámbito Cultural’ de Badajoz se ha convertido en un referente cultural, y la de Badajoz es la sala con más actividades de España. Y así ha sido reconocido por toda nuestra organización”.

Los números de ‘Ámbito Cultural’ en Extremadura son abrumadores: “Desde su creación hemos organizado más de 800 eventos y superado los 40.000 asistentes. Nuestra sala, como reza en todas nuestras publicaciones, es un punto de encuentro en el que autores, artistas y expertos en diferentes ámbitos y disciplinas, han presentado sus obras y difundido sus conocimientos. Una plataforma para la exposición de ideas y también para el debate, la reflexión, la convivencia y el entretenimiento. Como podrás deducir, ha sido para mí una inmensa satisfacción poder llegar a conocer a tantos admirables extremeños y entender que Extremadura está llena de increíbles personas aun por conocer. Me apasiona descubrir personas talentosas como, por ejemplo, Juan Ledesma. La sala de Badajoz es la de más actividad de España, dicho por la dirección nacional de la empresa. También hemos conseguido que ‘Ámbito Cultural’ saliese a la calle y actuase, por ejemplo, en el antiguo hospital militar”.

La gestión de ‘Ámbito Cultural’ queda en buenas manos. Su nueva responsable es Teresa Galindo Gómez, una mujer que, en palabras de Miguel Luna, “ha sido la persona que, durante los seis últimos años, ha compartido conmigo la responsabilidad de ‘Ámbito Cultural’. Sin su impecable trabajo y su generosa dedicación esto no hubiese llegado a tan altas cotas de calidad en su programación. Ella es la que se encargará de que así siga siendo en los próximos años y con ella, estoy seguro, alcanzará su más alta calidad como espacio cultural en Extremadura. Teresa es muy buena, tiene una gran empatía. Ha puesto más énfasis en las organizaciones sociales que yo, por sus vínculos familiares con la discapacidad. Yo no he llegado tanto como ella quiere llegar a las asociaciones de la discapacidad. Teresa tiene vocación y le apasionan las relaciones humanas. Siempre ha sido, dicho con cariño, un poco ‘garrapata’ mía, ligada a mí y aprendiendo. Todas mis carencias las cubría ella. Lo va a hacer muy bien”.

Cuando se tiene una dedicación absoluta a un trabajo absorbente y que apasiona, la gran damnificada suele ser la familia. Miguel lo reconoce, y les agradece su enorme apoyo: “Tengo que decir que, efectivamente, la dedicación a mis responsabilidades profesionales ha sido amplia. Cuando a uno le gusta su trabajo echas horas ‘porque sí’. El hecho de la doble responsabilidad en Atención al Cliente y Comunicación, Sostenibilidad y Relaciones Institucionales, al igual que de ‘Ámbito Cultural’, ha requerido una alta dedicación; pero he de decir que, para mí, más que un trabajo ha sido una vocación. Indudablemente sin mi mujer, pendiente de nuestra casa y de nuestros hijos, nada de lo que soy, con total seguridad, hubiese sido. Mis hijos, a este respecto, y dada la estabilidad de mi hogar, han sabido valorar el papel que, tanto Lale como yo, hemos desempeñado. Ahora toca dedicar más tiempo a mi familia. Me he ido de El Corte Inglés del todo”.

Ramón Areces, histórico presidente de El Corte Inglés, defendía la filosofía de devolver a la sociedad algo de lo que la sociedad les había dado. “Sin duda, a nuestros cliente y amigos les debemos todo. Sin sus visitas a nuestros centros y sus compras El Corte Inglés no sería nada de lo que actualmente es. Son nuestros clientes el centro de todas nuestras acciones y tenemos muy interiorizado nuestra responsabilidad social corporativa. Nuestros clientes, que son quienes ‘nos pagan la nómina’, son las personas más importantes de la empresa. Por eso nos sentimos obligados a devolver parte de lo mucho que la sociedad nos da. No solo en la continua mejora de nuestra calidad en productos y servicios, sino en nuestra aportación a través de nuestros patrocinio, acciones sociales y actividades culturales. Devolver a la sociedad parte de lo que la sociedad nos da debería ser una obligación de todas las empresas”.

“Cuando fui responsable de reclamaciones aprendí que atender bien una reclamación es la mejor manera de fidelizar a un cliente”, expone como ejemplo de responsabilidad hacia la sociedad, recordando que el centro de Badajoz fue el primero que permitió el acceso de perros de asistencia personal.

El momento más difícil de su gestión fue la pandemia: “La gente se quedó en casa, y nosotros seguimos viniendo a trabajar. La sensación de entrar en la tienda vacía, las luces apagadas, los maniquíes tapados. El silencio, el miedo. Tuvimos que concentrarnos en el supermercado. Pasamos de 60 a 500 pedidos diarios, pero hicimos algo muy interesante, que fue una labor social importante, contactar con nuestros clientes mayores de 60 años para atenderles personalmente. Fue tremendo detectar cuánta gente sola había en su casa sin comida. Y también a las personas con discapacidad, una iniciativa de Teresa. Tras la pandemia, mucha gente quiso venir a conocernos en persona y agradecernos el trabajo”.

Volviendo al aspecto más personal, le hemos oído a Miguel Luna muchas veces la frase “Soy lo que soy por la gente que me ha rodeado”. “A nadie he ocultado mis muchas carencias. Por este motivo siempre he intentado rodearme de las mejores personas, como María José, Teresa, etc., que no solo han propiciado la consecuente calidad en todas las tareas, sino en el enriquecimiento profesional y personal. La luz de mi equipo se refleja en mi”.

Su implicación con la sociedad extremeña ha sido amplia y profunda, tal y como describe: “Desde mi llegada a Badajoz me he sentido muy bien acogido por sus gentes. La calidez y amabilidad con la que me ha tratado han permitido integrarme rápidamente y sentirme en casa. El extremeño es un pueblo abierto y amable, y esto ha facilitado mi convivencia y me ha hecho sentir parte de esta maravillosa ciudad”.
“La colaboración con prácticamente todas las entidades de Badajoz y parte de Extremadura han sido el ADN de nuestras acciones. El Corte Inglés, en alguna medida, ha estado siempre a su servicio. Desde la Asociación Española Contra el Cáncer, Cruz Roja, el Banco de Alimentos o distintos comedores sociales, etc. hasta acuerdos y convenios, como por ejemplo con la Universidad de Extremadura, con Onda Campus, con la Agrupación de Fotógrafos de Extremadura, con el futuro Museo de la Ciencia… Concretamente con Grada recuerdo con satisfacción colaboraciones con su importante y extraordinariamente organizada gala de premios solidaria”.

Miguel Luna mantiene la filosofía de que “uno es de donde se desarrolla”. “Mi mujer extremeña; dos de mis tres hijos extremeños; 30 años en Extremadura; mis mejores amigos extremeños… Tengo el inmenso honor de haber sido Pregonero de la Semana Santa de Badajoz en 2017. O el Rey Gaspar en la Cabalgata de Reyes Magos de Badajoz; ese día de felicidad superó hasta el del nacimiento de mis hijos. He tenido reconocimientos de la Policía Nacional, de la Policía Local, de la Asociación Española Contra el Cáncer y de la Falcap. ¿Cómo crees que me siento?”.

“No solo sigo amando Extremadura, sino que la seguiré amando y seguiré, en la medida de mis posibilidades, aportando todo lo que esté en mi mano. Sufro de Extremadura que muchos jóvenes tengan que buscar su futuro fuera de ella y que aún no sepamos defenderla como lo hacen otras regiones”. Y es que queda claro que Extremadura es una tierra donde cabemos todos, más allá de las circunstancias de cada uno.

También le preguntamos por los principales cambios que ha observado en la región en estos años. “Concretamente en la ciudad de Badajoz, muchos y buenos. Empezamos seriamente a valorar nuestro patrimonio, nuestra historia y nuestra identidad. Las murallas, la alcazaba y el fuerte de San Cristóbal son una gran atracción. Hemos mejorado mucho en infraestructuras y comercio. Tenemos unos de los paseos fluviales más importantes y bonitos de España, en continua mejora. La calidad de nuestra oferta en restaurantes es notable y nuestro carnaval es una joya aún por dar a conocer. Recuerdo la diferencia entre la competencia que encontramos al llegar y lo que es ahora la ciudad. La ciudad ha tenido un impulso importante”.

Cuestionado por las virtudes y defectos de Extremadura, “Una virtud indudablemente son sus gentes; y un defecto, lo que por todos es sabido, su falta de buenas comunicaciones. Y que debemos defender Extremadura más”.

También le preguntamos por su futuro más inmediato. “Como he dicho, he trabajado en El Corte Inglés desde los 19 años. No sé vivir de otra manera que con los retos profesionales en mi empresa. A partir de ahora dedicaré mucho más tiempo a mi familia y amigos. Recuperaré la disciplina deportiva que, en mucha parte de mi vida he tenido y que he perdido este último año. Intentaré recuperar mi afición al tiro con arco. Me he matriculado en la Escuela de Artes y Oficios de Badajoz para trabajar con la arcilla, y no descarto, pasado el verano, colaborar en algún estamento de la sociedad”.

“Quiero dar las gracias a toda la sociedad extremeña, a sus gentes y los muchos amigos que he hecho en esta tierra. Mi tierra. Gracias a Grada y a ti Anuncia por permitirme estas palabras”.

Pues gracias, Miguel Luna, por esta emocionante charla compartida con el presidente de la Fundación Primera Fila, José Antonio Lagar, salpicada de anécdotas y reflexiones, y, sobre todo, por tanto bueno como ha dado y va a seguir dando.