Especialista universitaria en Educación Infantil y en Pedagogía Terapéutica, y diplomada en Matemáticas y Ciencias de la Naturaleza por la Universidad de Extremadura Julia Cortés Palma es una persona reconocida en la ciudad de Badajoz que se vuelca en ayudar e impulsar proyectos que tengan como objetivo un mundo más justo y solidario. Además, trabaja con colectivos en riesgo de exclusión social.

Bloguera, poeta, profesora, escritora, actriz… Julia sostiene que escribir cicatrizó las heridas de su alma. Su interés por la escritura a muy temprana edad termina por impulsar su deseo de publicar. Además, ha realizado varios cursos de cine y teatro y colabora tanto con la revista Grada como con la Fundación Primera Fila.

En 2019 fue nombrada Embajadora Universal de la Paz y gestora y coordinadora para Extremadura de la Fundación Lumiere.

En su último libro, ‘Mujer, maestra y madre’ nos cuenta su experiencia en la educación, desde sus primeros años como profesora hasta su jubilación.

Eres una persona polifacética. ¿Cómo equilibras tus diferentes roles y pasiones?
A menudo siento que una vida es muy poco para hacer todo lo que quiero. Nunca entendí a las personas que dicen que se aburren; si yo pudiera les compraría el tiempo que les sobra, porque a mí me falta. Me apasionan tantas cosas, quisiera desarrollar tal cantidad de actividades que me cuesta conciliar el sueño porque mi mente no encuentra el botón ‘off’. En definitiva, no logro equilibrar mi tiempo.

¿Cómo ha evolucionado tu estilo en tus proyectos a lo largo de los años?
Quiero pensar que he mejorado tanto a nivel personal como literario; al final, todo es cuestión de práctica y, como dice el refrán, “Más sabe el diablo por viejo que por diablo”. Ahora bien, hay algo que no cambia en mí, para bien o para mal, y es mi sinceridad. Me gusta escribir desde las vísceras y desde mi verdad.

Mi estilo siempre ha sido y será directo. Posiblemente sufro deformación profesional y me esfuerzo por hacerme entender por todos; es decir, no me gusta escribir para un público selecto, sino precisamente para esas personas que no leen, ya sea porque no les gusta o por tener algún tipo de dificultad.

La enseñanza ha formado una parte importante de tu vida. ¿Has podido integrar tus experiencias como actriz y escritora en tu faceta docente?
La enseñanza es mi universo. En él nací, ya que mi madre era maestra, y en él moriré, porque una fuerza que no puedo dominar me empuja a enseñar. En alguna ocasión me he autodenominado ‘profescritora’. Mi faceta como actriz es bastante reciente, ya que aunque siempre me atrajo poderosamente la interpretación, he tenido que luchar contra los demonios del pánico escénico. Hasta hace relativamente poco tiempo me importaba mucho lo que los demás opinasen de mí y eso me impedía ser yo; ahora solo me importa si lo que hago me satisface o no.

Me preguntas si he podido integrar mis experiencias como actriz, escritora y profesora. En mi opinión, todo suma. Vivimos un momento en el que parece que lo único que importa es la imagen. Estamos rodeados de filtros y etiquetas; yo nado contracorriente y quiero ser auténtica. Por supuesto que soy consciente de la edad que tengo, y eso en el mundo del cine es un verdadero hándicap.

¿Te cuento algo? Soy demasiado vieja para la mayoría de los castings que se publican, y demasiado joven para trabajar al haberme jubilado de manera voluntaria. Después de muchas idas y venidas, llamadas y citas, me han confirmado que no puedo trabajar hasta los 65, so pena de perder por una sola hora cotizada la pensión de un mes más la parte proporcional de las extraordinarias. así que lo que hago es formarme y realizar cortos y actuaciones no remuneradas.

¿Cuál es el que considerarías tu mayor logro en tu carrera?
Me viene a la mente la inscripción en la medalla de los justos, una frase del Talmund en la que resuena una sabiduría universal: “Quien salva una vida salva al mundo entero”. En más de una ocasión alguien me ha dicho que la lectura de algo escrito por mí le salvó, o que algo que dije o hice le ayudó a salir de la oscuridad; ese es mi mayor logro. Solo quiero ser útil, que mi paso por aquí sirva para algo. Si lo pensamos detenidamente, somos un milagro, una posibilidad entre millones. Creo que estamos obligados a corresponder poniendo de nuestra parte todo lo posible para que nuestra existencia no sea en vano.

Esperábamos tu nuevo libro desde que informaste sobre su publicación inminente en tu café blog el 30 de marzo. ¿Podrías contarnos de qué trata ‘Mujer, maestra y madre’?
Mi última obra publicada ha cambiado de título varias veces. Al principio la titulé ‘No quiero ir a clase’; después ‘Eso que ya no se enseña’; y, por último, el que ahora lleva. Mi idea primigenia fue realizar un ensayo donde ir desgranando los cambios educativos que se han ido produciendo desde que comencé mi educación, allá por la década de los 60, hasta mi jubilación en 2021. Ya en las primeras páginas deseché esa concepción porque a mí me gusta escribir muy suelta (yo escribo por placer). Un ensayo exige un rigor que no me apetece seguir. Además, yo escribo para un público al que el ensayo echaría para atrás.

Así las cosas, ‘Mujer, maestra y madre’ es un texto que habla de educación, una especie de diario (extremadamente sincero) donde resumo mi experiencia como alumna y docente. También incluyo algunos poemas y textos relacionados con el tema, así como muchas anécdotas. Expreso sin tapujos mi opinión sobre los cambios educativos y la casi ausencia de valores en los centros educativos. Hablo de acoso escolar, pero también de acoso a profesores. He procurado en todo momento denunciar lo que considero injusto intentando ser lo más ecuánime posible. Quiero pensar que será un libro que dará que pensar.

Cuentas con una gran experiencia en el sector educativo y has ejercicio como profesora de una gran diversidad de alumnos. ¿Cómo definirías la evolución de los jóvenes desde que comenzaste como profesora en 1983 hasta la actualidad?
Confieso con gran tristeza que en los últimos años me he sentido ninguneada, rechazada y maltratada. Mis primeros alumnos y sus familias me veían como alguien que estaba para ayudar, alguien que merecía respeto y educación. Muchos de esos ‘niños’ son ahora grandes amigos; pongo como ejemplo a mis alumnos de Pueblonuevo.

Ofreces una mirada crítica y reflexiva sobre el sistema educativo. ¿Qué te impulsó a escribir ‘Mujer, maestra y madre’?
Cuando alguien está tantos años como yo (casi 37 años) en una empresa, posee elementos suficientes para cuestionar sus resultados. ¿Qué me impulsó a escribir este libro? Como dije antes, esa necesidad de enseñar y expresar, con todo respeto, mi opinión. También por mis nietos, que de momento son cinco; no me gusta el mundo que les dejo.

Tal y como has contado en tu blog, este año viene cargado de novedades. ¿Podrías adelantarnos algo?
Tengo un cuento terminado y en imprenta, se titula ‘Manojos’. Es un texto sobre discapacidad visual que ha sido traducido al bengalí.

Por otra parte, me han nombrado directora territorial del Observatorio internacional para la defensa de los derechos humanos, y me han invitado a participar en junio en unas jornadas organizadas por la Unesco. Yo vivo cada momento como si fuera el último. He cambiado mi residencia a Madrid, y ahora vivo sola conmigo y quiero aprovechar mi tiempo.

Tengo varias novelas empezadas y quiero terminarlas. También me han ofrecido escribir el guión de una serie cinematográfica, una novela a cuatro manos y alguna novela por encargo.

En 2025 he sido invitada a la Feria del Libro de Calcuta, en la India, y también a diferentes eventos y ferias en Colombia. Y hasta aquí puedo contar.

Estaré en la Feria del Libro de Badajoz hasta el domingo 19, en la caseta número 41 de la Asociación de Escritores de Madrid, delegación Extremadura.