Empezamos en el anterior artículo con la real ejecutoria de hidalguía de Hernando Alonso Altamirano, originario de Guareña y vecino de la misma localidad y de Medellín, las dos en la actual provincia de Badajoz, cuya tramitación comenzó el 12 de julio de 1553 y finalizó el 4 de abril de 1623.
Lo último que citábamos en el anterior número era sobre su padre, también llamado como él Hernando Alonso Altamirano, y seguimos con este hablando de sus hijos.
Además de su hijo y homónimo tenemos también a Cecilia Vázquez; a Francisco Altamirano, que fue a Indias; y Juan Altamirano, así mismo residente en Indias, de quien uno de los testigos declaró que “no se llamava syno Juan Dáva[alos]”.
Como prueba de su nobleza: Por haber matado a su hermano Alonso de Ávalos “por çierto debate que tuvo con él por la herençia de su padre, murió degollado por justiçia en la villa de Medellín sobre un repostero e trayéndolo en una mula, como dicho thiene, como se suelen e acostumbran degollar los hijosdalgo”.
Un testigo declaró “avello visto al tiempo que lo degollaron por justicia en la villa de Medellín, que podrá aver veynte e seys años, poco más o menos, porque se aquerda vello tender en un repostero en la plaça pública de Medellín e cortalle allí la cabeça, e aún se aquerda que salíó el vicario de Medellín, que se llamava Garçi López Davalos, con el sacramento, e con él fue tras el conde de Medellín a rogalle por la vida del dicho Hernando Alonso Altamirano, el que el dicho conde se fue a Mengabril (Cáceres) e se hizo justicia del susodicho”.
Vivió con el conde Juan Portocarrero, al cual servía “con su armas e cavallo todas las vezes quel dicho conde le avía menester, e enbiava a llamar a el lugar de Garueña”, y le veian “yr a su serviçio con un buen [ca]vallo e sus armas e con un m[ozo] con una lança todas la vezes qu[e el] dicho conde le enviaba a llamar”, que el dicho conde “se servia dél e que [le] dava acostamiento en su ca[sa] por ser hidalgo y honbre muy prençipal e muy esforçado”.
Fue primo de Juan de Ávalos, vecino de Medellín, al cual vieron tener oficios del concejo de los que solían dar para los hidalgos.
Después tenemos al abuelo Juan de Ávalos, quien era vecino de Palomas, Medellín y Guareña; siendo originario de Medellín, estuvo casado con Cecilia Vázquez Altamirano, en Trujillo (Cáceres), de donde ella natural la cual era “una muy honrada muger” y de los Altamiranos de dicha localidad, los cuales se trataban como caballeros. Hermano de ella fue el caballero de Trujillo Hernando Alonso.
Hijos: además del anteriormente citado tenemos a Juana de Sandoval, que estuvo casada; a María de Ávalos, que debe ser la misma hija de la que algunos de los testigos afirman que fue beata; y a Alonso Díaz de Ávalos.
A Alonso, también llamado Alonso de Ávalos, vecino que fue de Guareña y tenido en reputación de hidalgo notorio, lo mató su hermano Hernando por motivo de la herencia de su padre.
Casó con una hija de Alonso García de la Puebla ‘el Rico’, con la que tuvo por hijo a Lope de Ávalos, vecino de Guareña y tenido en reputación de hidalgo, el cual heredó las armas de su padre.
Fallecimiento: En Guareña, dos o tres años antes de la “pestilençia general” de 1507, narrando unos de los testigos “que lo llevó en un carro suyo a la villa de Medellín e fue enterrado en la yglesia de San Martín”, en el enterramiento que allí tenían sus antepasados.
Prueba de nobleza: “vivía como escudero honrado, teniendo sus armas e cavallo e bienes”. Fue alcalde ordinario por el estado de los hidalgos y cuentan que “siendo alcalde, porque le dio una bofetada a un escrivano de la villa que se llamava Diego Gonçález, que el dicho Diego Gonçález avia seguido al dicho Juan Dávalos hasta tanto que fue desterrado del reyno cinco años, e que el dicho Juan Dávalos estovo los dichos çinco años en el reyno de Portugal e que después bolvió al reyno”.
Fue alcaide de Miajadas (Cáceres) por Juan Portocarrero, conde de Medellín, “e que el dicho conde le encargó la dicha tenençia por ser hijodalgo e persona prinçipal e de confiança”. Luego fue montero mayor del maestre de Santiago Alonso de Cárdenas, con quien vivió.
Ascendientes: Hijo de Alonso Díaz de Ávalos, al cual apodaban ‘Calça Rota’ porque tenía “pierna mala e que [llevaba] descosida la calça”. Mientras que algunos testigos afirmaron que era natural de Medellín e hidalgo de los Ávalos antiguos que había en ella, otros declararon que era hidalgo de los Ávalos de Toledo, y que desde allí se había ido a vivir a Medellín, donde falleció.
Por ser hidalgo notorio fue muchas veces alcalde y regidor de Medellín. En Medellín en “cal de Buenos”, calle que antes que llegase Alonso “se solía llamar e llamava (…) Ruynes”, y que Alonso “hizo [que] se llamase cal de Buenos [e qu]e desde entonçes acá se llama[va] cal de Buenos”.
Fue padre de Lope de Ávalos ‘el Viejo’, vecino de Medellín en posesión y reputación de hidalgo notorio, al cual vieron tener oficios del concejo que se daban a los hidalgos, siendo varias veces alcalde ordinario y regidor por el estado de los hidalgos, “e que en la dicha villa se hazía todo lo que él quería y mandava por ser como hera hombre prinçipal e hijodalgo e que valía mucho en la dicha villa”.
Este Lope fue padre de García López de Ávalos, arcipreste de Medellín, tenido por hidalgo.
Fuente
Ladrón de Guevara e Isasa, Manuel. ‘Pleitos de hidalguía, extracto de sus expedientes que se conservan en el Archivo de la Real Chancillería de Granada. Reinado de Carlos I (2ª Parte) (1537-1556). Tomos del I al V’. Madrid, Ediciones Hidalguía. 2017
