El año más atípico de la historia está a punto de finalizar, de cerrar una década que ha dejado arañazos en la piel.
En el ya lejano 2010 tuvimos un periodo convulso que marcó nuevos retos en nuestra agenda y, que con esfuerzo y compromiso por parte de todos, conseguimos medianamente estabilizar.
Yo deseo regalarte una pluma y un libro con sus páginas en blanco, para que lo rellenes con aquella colección de recuerdos bonitos, de momentos agradables de ternura, cariño y amor… para que tú lo rellenes con los cinco sentidos.
Con la vista, para apreciar la belleza de la naturaleza, las obras de arte y las personas, con escucha activa hacia aquello que no deseas oír.
Con tacto para apreciar nuestra presencia, el roce de la humanidad.
Me gustaría que plasmaras en el papel aquellos olores que te transportan a viejos sentimientos.
A través del gusto permítete saborear estos días de Navidad, dejando atrás los malos tragos que ha dejado la pandemia.
Yo quisiera… que tus palabras se mantuviesen alejadas de la rivalidad, el odio, la ira, la envidia, el orgullo, la codicia y el materialismo, y, por el contrario, se conviertan en frases para el recuerdo, para la vida.
Aunque las luces estén apagadas, que tu luz interior siga encendida, y así poder recibir el nuevo año con la alegría y la fuerza necesaria para reinventar, repensar, reformular y renovar.
No te canses, aguanta, solo queda un tramo más, 2021 nos irá dando la oportunidad de seguir avanzando en el horizonte.
Este año pediremos a los Reyes Magos de Oriente que, al entrar en nuestros hogares, con su llave mágica abran una puerta a la esperanza; y, al salir, no se olviden de cerrar las ventanas de la tristeza, el miedo, la desesperación y la incertidumbre que tanto estamos sufriendo.
