Toca hablar de mi libro que lleva el título de estos comentarios mensuales en Grada, ‘Desde la Torre Lucía’, nada más que añadiendo ’cuarenta y dos años después’.

Cuando inicié mi colaboración en Grada, en enero de 2020, ya expliqué a los lectores que retomaba una columna que escribí en el semanario ‘El Regional’ de Plasencia, durante los años 1980 y 1981.

Ahora aquellos 34 artículos, coleccionados y magníficamente editados en la imprenta de la Diputación Provincial de Cáceres, e ilustrados con dibujos a plumilla obra de mi hermano José Antonio, y acompañados de un facsímil de la página original del citado semanario donde se publicaron, se han convertido en un libro que acercará a los lectores a unas ‘crónicas’ con 42 años de antigüedad.

En el Saluda, firmado por el actual presidente de la Diputación Provincial de Cáceres, Carlos Carlos Rodríguez, podemos leer, que “este libro es todo un homenaje a la historia, a la memoria, a la tierra que Paco Valverde mira con la curiosidad del primer día, analiza con la inquietud de la inteligencia y reivindica con la vehemencia, siempre respetuosa, del que desea el avance”.

Mi sobrino Álvaro, en el Epílogo, sentencia que soy “un cronista, alguien que siente necesidad de contar lo que pasa, de dejar constancia. De datar los sucesos (es un virtuoso de las fechas). Y en primera persona. No con el afán distante y científico, digamos del historiador o el erudito. Lo suyo está apegado a su propia existencia y por eso sus artículos tienen mucho de diario”.

Hay que ver lo que se aprende de los comentarios de los demás cuando interpretan tus escritos. Cosa que agradezco.

Pero volvamos a las páginas de mi libro. Cada comentario, como ya he indicado, comienza con el dibujo esquemático de la foto que ilustró cada uno de mis añosos escritos, que son siempre fotografías de la Torre Lucía desde distintos ángulos, realizadas por mí. Después leemos el artículo pasado a pdf y se termina con el facsímil de la página completa del semanario donde se publicaba.

Esta reproducción tiene la curiosidad de compartir con ella otros artículos, noticias y anuncios, incluso esquelas que completaban la página. Lo que da una compañía de la actualidad, o comentarios a mi propia columna, que a fecha de hoy resulta curioso.

Cuarenta y dos años pueden parecer pocos años o muchos, según quien los interprete, quienes ya éramos adultos (yo 37 años) y llevábamos vivida más de media vida, o quien nació entonces y ahora ya tiene 42, que es también su media vida. Lo cierto es que, revisando mi archivo particular hace un tiempo, decidí resucitar estos escritos en los que fui plasmando efemérides, actualidades, descubrimientos bibliográficos, noticias educativas, reflexiones, entrevistas, hitos culturales, viajes, vacaciones, historias, biografías… todo lo que a mi alrededor me resultaba interesante. Y se han convertido en un libro, pulcramente editado, perfectamente estructurado, todo gracias a una persona, a quien quiero tributar este sencillo agradecimiento. Me estoy refiriendo a Juan Díaz, coordinador de Imagen de la Diputación de Cáceres, que con tanto mimo y profesionalidad ha sabido dar al texto el diseño y aspecto que tanto lo dignifican.

Y termino con otro agradecimiento a quien, habiendo sido alumno mío en el colegio público Nuestra Señora de Fátima de Galisteo, por aquella década de los 80 del siglo pasado, dio el visto bueno de su publicación al ser hoy el Diputado de Cultura de nuestra mencionada Diputación cacereña, Fernando Javier Grande Cano.

Feliz 2023 para todos.