Ojalá y al publicarse este articulo ya estemos superando lo peor, que no digo acabando, porque eso ya empezamos a ser conscientes de que tardará en llegar. Pero me conformo con que cesen las muertes y sobre todos de los que más la están padeciendo, de nuestros mayores, a los cuales desde aquí quiero dedicar en esta ocasión mi trabajo. Es una pena que quienes en el pasado fueron los encargados de construir lo que hoy tenemos estén pasando por esto.

Se supone que en este artículo me tocaba contar lo vivido en los test de la pretemporada de la Fórmula 1 en el circuito barcelonés de Montmeló, donde estuve hacia finales del mes de febrero y principios de marzo. Que, por cierto, por poco no me pilla allí la alerta. También me tocaba poneros en antecedentes del comienzo de la temporada de las distintas categorías del mundo del motor, y sobre todo de la Fórmula 1 y los rallyes extremeños.

Pero nada más lejos de la realidad, porque actualmente están todos los eventos suspendidos hasta nueva orden y mientras esta pesadilla no se acabe. De momento, todas las carreras de principio de temporada han quedado suspendidas, pero conforme va avanzando este maldito virus se sigue ampliando las fechas suspendidas y parece ser que hasta primero de junio no sabremos nada más concreto.

Es difícil concentrarse para escribir sobre el mundo del motor con la que está cayendo, pero os haré un resumen. Entre otras cosas, un poco también por haceros olvidar lo que estamos pasando.

A finales del pasado febrero tuvo lugar la última tanda de los test de pretemporada de la Fórmula 1 en el circuito de Montmeló, y un año más gracias a la cortesía de la cadena hotelera Ciutat-Hotels pude volver y presenciar todo a pie de pista. De nuevo disfruté al máximo y las expectativas se cumplieron. Pude ver los coches desde bien cerca, fotografiarme con todos y cada uno de los pilotos allí presentes, e igualmente hacer mi trabajo de informar sobre ello en mi web Fueron días inolvidables, e incluso ahora sabiendo todo esto se valoran aún más.

Pude presenciar desde bien cerca los trabajos de todos los equipos y cómo se veían reflejados en los monoplazas. Ensayos de cambios de neumáticos, nuevos paquetes aerodinámicos, pruebas con la parafina, alerones nuevos, y así un largo etcétera.

Por último, no quiero despedirme sin dejar constancia de mi profunda preocupación por la situación de todos los autónomos afectados por el estado de alarma. Espero que los gobernantes usen el sentido común y nos echen una mano de verdad.

Mis mejores deseos para todos.