Extremadura se coloca la máscara durante febrero para celebrar una de sus fiestas más reconocibles y al mismo tiempo más diversas según las localidades, en la que la alegría y las tradiciones más mundanas se mezclan, con el humor y la sátira como protagonistas, el carnaval.

Los extremeños salen a la calle a celebrarlo contagiados de la alegría que se vive en el ambiente y con la ilusión de ir descubriendo quién se esconde detrás de cada máscara y de cada disfraz, cada vez más originales.

El Carnaval de Badajoz, fiesta de interés turístico nacional, se caracteriza por su celebración masiva en la calle; su concurso de murgas, cada año más asentado y con el futuro asegurado gracias al concurso de grupos juveniles; y sus grandes desfiles de comparsas y del entierro de la sardina, que llenan de colorido las calles de la ciudad.

El Carnaval de Campo Arañuelo se celebra en Navalmoral de la Mata desde hace 300 años sin interrupción; en su éxito resulta fundamental el trabajo de las peñas, que organizan los desfiles, y el de las murgas, que, con su crítica, picaresca e ironía, alegran las calles y elevan el espíritu de la fiesta.

En el Carnaval de Villanueva de la Vera el protagonista es el ‘Peropalo’, un muñeco hecho de trapo y paja, con cabeza de madera, que representa un bandido que se refugia en la Sierra de Gredos y es juzgado por el Tribunal de la Inquisición de Llerena.

También en Cáceres destaca por su originalidad el Carnaval Hurdano, cuyos inicios históricos se sitúan en la alquería de Cerezal, lo que le confiere un marco geográfico único, y se caracteriza por múltiples mitos y leyendas, con personajes como el ‘Burru antrueju’, el ‘machu lanú’, el ‘obispu jurdanu’ o los ‘diabrilluh’.

Mérida, con su Carnaval Romano cada vez más asentado, quizá presenta la propuesta con más variaciones respecto a un carnaval más tradicional, puesto que al habitual concurso de agrupaciones se unen pasacalles, espectáculos infantiles, e incluso una carrera popular de disfraces.

Villar del Pedroso, con su Fiesta de Ánimas; el ‘Jurramacho’ de Montánchez; o Malpartida de Cáceres, con su Pedida de la Patatera, son otras opciones diferentes para conocer lo que se esconde tras el Carnaval en Extremadura.