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La localidad cacereña de Hoyos es declarada Bien de Interés Cultural con categoría de Conjunto Histórico

La localidad cacereña de Hoyos es declarada Bien de Interés Cultural con categoría de Conjunto Histórico
Foto: Wikimedia
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La Junta de Extremadura, a propuesta de la Consejería de Cultura, Turismo, Jóvenes y Deportes, ha declarado a la localidad cacereña de Hoyos como Bien de Interés Cultural, con la categoría de Conjunto Histórico, en atención a su estructura urbana y arquitectónica.

El conjunto urbano de Hoyos es uno de los más interesantes de la comarca de Sierra de Gata, dado que aúna las esencias de la arquitectura popular serrana con edificios de carácter nobiliario y palaciego, fruto de la singular trayectoria histórica del municipio. En esta dilatada singladura, jugaron un papel determinante su pertenencia a la casa ducal de Alba y, además, ser el lugar de retiro veraniego escogido por los obispos de Coria durante la edad moderna.

En la trama urbana, de origen medieval, sobresalen edificaciones notables como la iglesia parroquial del Buen Varón (declarada Bien de Interés Cultural), el convento del Espíritu Santo, la denominada Casa del Deán o la ermita del Cristo. Pero los valores del conjunto soyano trascienden el marco monumental para hacerse extensivos a una estructura urbana que combina plazoletas irregulares con estrechas callejuelas en cuesta, o la modesta arquitectura popular con notables manifestaciones del buen arte de los canteros serragateños. Cruceros, muestras heráldicas, vía crucis, portadas, inscripciones o fuentes, diseminados por un conjunto bien conservado, testimonian esta tradición y condicionan un ambiente urbano de marcada personalidad.

La localidad de Hoyos se inserta en la comarca de Sierra de Gata, en el extremo noroccidental de la provincia de Cáceres. Limita con los términos de Acebo al norte, con Villamiel al oeste, con Cilleros al sur y con Perales del Puerto al este. Su principal cultivo, como en el resto de la sierra de Gata, es el olivo.

Sierra de Gata es una comarca poblada desde tiempos ancestrales. Entre las primeras manifestaciones humanas de la sierra destacan algunos sepulcros megalíticos, como los de Villasbuenas de Gata, o las estelas decoradas de San Martín de Trevejo o Hernán Pérez. Previamente a la romanización, cabe mencionar el poblado de Castillejos en Villasbuenas de Gata.

Será en época romana cuando los valles de la sierra se pueblen de forma sistemática. La comarca se convertirá en una zona de paso entre la meseta y la cuenca del Tajo, a través de la llamada Vía Dalmacia que comunicaba Caurium con Miróbriga, posiblemente a través del cercano puerto de Perales. De esta época se conservan tres inscripciones, reutilizadas en la fábrica de la iglesia parroquial: dos anepígrafas, junto a la puerta, y una estela decorada con un creciente lunar que menciona a Tongio, hijo de Tancino y a Celtius, hijo de Cilino.

A falta de más datos, hay que situar la fundación de la población de Hoyos a comienzos del siglo XIII, a juzgar por la primitiva portada tardorrománica de la iglesia o por la talla de la imagen de Nuestra Señora del Buen Varón.

Hoyos era aldea de la ciudad de Coria, junto con Acebo y Perales. Cuando esta ciudad fue enajenada (primero a favor del conde de Coria, don Gutiérrez Solís, y posteriormente, en 1472, por la Casa de Alba), pasó a formar parte del mismo señorío.

En el siglo XVII, la población sufrió las consecuencias de la guerra con Portugal, que fue especialmente violenta en la comarca. A finales del siglo XVIII, la población contaba con 227 vecinos.

Los obispos caurienses eligieron Hoyos como lugar habitual de retiro veraniego, lo cual contribuyó al enriquecimiento del caserío y del urbanismo de la población, tanto en infraestructuras como en edificaciones singulares. Esta preeminencia comarcal se potenció en 1840, cuando Hoyos se convirtió en cabeza de un amplio partido judicial que llegó a comprender 18 entidades de población.

En septiembre de 1888, la población adquiere por fin la categoría de villa, dejando atrás el secular señorío de la casa ducal de Alba. El título se lo otorgó la reina regente, en nombre del rey Alfonso XIII debido al aumento de su población, progreso de su agricultura, industrias y comercio.

Hoy día, la población de Hoyos sigue siendo la sede de diversas instituciones administrativas. En la actualidad la población ronda el millar de habitantes.

El casco urbano de Hoyos se desarrolla en una suave pendiente que desciende de manera gradual hacia el Sur, destaca la mole pétrea de su iglesia parroquial que preside el conjunto arquitectónico. En su tipología urbana se combinan edificios con las características de la arquitectura popular serrana, predominante en la comarca, con otros de carácter señorial y nobiliario que son testigo del auge económico que debió ostentar en los siglos XV y XVI.

El trazado urbano es de tipo rural, con calles estrechas, sombrías, largas y plazuelas irregulares, adaptándose a la pendiente del terreno; el alineamiento y rectitud de las fachadas son testigo de las modificaciones introducidas desde fines del siglo XV; es en este momento, con la erección de nuevas edificaciones, lo que propició el incremento de la regularidad y simetría del trazado urbanístico. Las edificaciones se adosan formando manzanas e hileras.

Los viales que ofrecen mayor interés urbanístico, arquitectónico y ambiental se encuentran en el corazón de la población, destacando las calles Derecha Baja, Los Álamos, Hernán Cortés, Portugal, del Cristo, Pablo Pérez y, muy especialmente, la del Obispo Álvarez de Castro, donde se encuentra la mayor concentración de construcciones de tipo nobiliar y palaciego.

El centro neurálgico de Hoyos se dispone en el entorno de la iglesia parroquial, articulando un plano radiocéntrico, que abre a tres amplias plazas: plaza de La Constitución, plaza Mayor y plaza Gabriel y Galán. Son de trazado irregular, siguiendo las características de las plazuelas medievales, dispuestas asimétricamente en los cruces de las calles más importantes. En la actualidad se ve bascular este centro hacia la carretera general, zona de expansión hacia donde se extiende la población moderna.

La plaza de la Constitución, que se sitúa hacia el mediodía, configura un rectángulo que permite una espléndida visión del muro sur del templo en el que abre una bella portada gótica. Las casas de este espacio no presentan especial relevancia en sus fachadas, aunque una de ellas muestra un escudo con dos llaves cruzadas sobre un árbol, datada en 1882; y en otra de las viviendas se dispone una bella ventana geminada y un elemento heráldico pétreo. Se encuentran aquí y en la calle Los Álamos varias viviendas que presentan en la parte posterior bonitas solanas a modo de logias.

Del ángulo suroeste de la plaza de la Constitución parte la calle Marialba, en su inicio se dispone una casona con fachada de sillería, el resto con viviendas de época moderna. En la esquina suroeste se inicia la calle Los Álamos que desemboca en la Derecha Baja, situándose mansiones de gran interés, que muestran fachadas de potente sillería, con la doble puerta característica de la Sierra de Gata, la de la cuadra/bodega más ancha que la de entrada a la vivienda.

La Plaza Mayor es un amplio espacio al que abre la fachada de poniente de la Iglesia; en este recinto se alza el Ayuntamiento, muy reformado, aunque de importante presencia, sobresalen los vanos con recercos de cantería y los soportales, compuestos por cuatro berroqueños arcos; remata el edificio un granítico antepecho corrido. El resto de los inmuebles que bordean este espacio carecen de especial interés. Del noroeste parte la vía Obispo Álvarez de Castro, una de las arterias más atractivas de la localidad.

El tercer recinto, conectado a los dos precedentes, es la Plaza de Gabriel y Galán, dispuesta en el lado septentrional del templo. El terreno se escalona en dos niveles, aprovechado el superior para situar una fuentecilla de un caño y en el inferior una decorada fuente de vaso circular. Alrededor se disponen casas con grandes balcones corridos, algunos de madera. Confluyen en ella la calle del Coso, el callejón que bordea el ábside parroquial y la calle Mayor, en la que se sitúa un edificio fechado en 1924, antiguo Palacio de Justicia.

Una de las calles principales es la denominada Derecha Baja, antigua Calle Real, es la entrada meridional a la localidad alargándose en la actual carretera que conduce al Barrio del Escobar, a la ermita del Cristo y a la carretera de Cilleros. Esta calle se inicia con el nombre de Pablo Pérez, junto al convento franciscano, en cuyo costado subsiste un pequeño crucero pétreo: una columna granítica, de fuste liso y rematada en una cruz, se alza desde un sencillo basamento de dos peldaños. Por la citada vía discurre el arroyo de los Hurones, que salva un puentecillo de piedra de un solo ojo, con pretiles berroqueños. Un poco más adelante una fuente de un caño y pilón granítico en el que bebían las caballerías que entraban y salían de la localidad.

En el inicio de la calle Real se disponía el primitivo ‘Hospital’ que fundó Pablo Pérez con el nombre de Nuestra Señora del Arroyo, acogía a pobres, enfermos y huérfanos de Hoyos y de otras localidades limítrofes. Flanquean la vía antiguas casonas de tres plantas, algunas con espléndidas fachadas de sillería bien escuadrada y con las dos portadas características de la comarca, la de acceso a los espacios agroganaderos, la mayoría, abre en arco de medio punto con grandes dovelas y la de entrada a la vivienda es adintelada. Son numerosas las casas en las que aparecen bellas ménsulas dispuestas a los lados de las ventanas.

Pasada la Plaza Mayor, la calle Derecha Baja se prolonga, en suave pendiente, en la calle Obispo Álvarez de Castro, donde se concentra el mayor número de edificios de carácter señorial, con sus fachadas constituidas íntegramente de sillería, destacando elementos de diferentes tipologías, la mayoría de carácter erudito.

Hacia el final de la calle cambia el tipo de arquitectura disponiéndose viviendas con amplios balcones, originariamente de madera, y voladizos del mismo material lignario. Los números 57 y 59, que bifurcan a dos calles, son bellas muestra de arquitectura popular a caballo entre los modelos serranos y los entramados de madera.

Particular encanto tienen algunas calles transversales a la de Obispo Álvarez de Castro, como la de San Lino, que la conecta con las de Hernán Cortés y Pizarro, que discurren paralelas, respectivamente, a la Derecha Baja y Álvarez de Castro.

Muy sugerentes son las calles del Cristo, con espléndidas mansiones que abren en bellos y amplios arcos graníticos y la de Portugal, sale un poco más arriba, se encuentran viviendas con bellas ventanas bíforas. Se ensancha esta última calle en la plazoleta denominada Capilla, preside el espacio un crucero pétreo de finales del siglo XVI, dándole singularidad al espacio. De aquí parten las calles Horno, Palacio de Justicia y Espronceda, en esta última se encuentra la casa parroquial, que era una sólida construcción levantada con buenas piezas de sillería, en la actualidad en situación casi de ruina.

La calle el Chorro es igualmente transversal a la Álvarez de Castro. Existen en ella atrayentes construcciones y conecta con la de San Lorenzo, entrada norte a la localidad, hacia el final de la misma una fuente de un caño con su pila de granito; en las inmediaciones se encontraba la ermita del mismo nombre, ya desaparecida.

Paralela a la Álvarez de Castro está la calle Pizarro, con buenas casonas, alguna con fachada de sillería. Hay otras que muestran esquemas típicos serranos con muros de gruesa mampostería en planta primera y entramados de madera y adobes en las restantes, revestidas con revocos. Enlaza con la de Hernán Cortés, que desciende suavemente hacia el convento franciscano, se aprecian aquí señoriales casas timbradas con escudos. En esta misma calle hay casas con fachadas de excelentes piedras de sillería.

Mención aparte merece el Barrio del Escobar, segregado del núcleo principal de la localidad; su disposición se hace en suave pendiente descendente hacia el Sur. Se sitúa en la zona meridional, junto a los restos del convento franciscano; el acceso principal es desde la calle Pablo Pérez, que abre en una pequeña plazoleta, de la que bifurcan las dos calles que articulan el Barrio. El plano es muy sencillo de tipo lineal, dos arterias principales, de la Reina y del Príncipe, determinan la estructura urbana, con predominio de rúas rectas. De la calle la Reina parten otras dos vías, Buenavista, que es perpendicular, y San Antonio.

Su arquitectura es de tipo humilde, de poca calidad y vacía de ornatos, sin elementos que destacar. En muchos casos se hace difícil la habitabilidad, debido a la escasez de espacio disponible en los interiores; la mayoría son de una planta, algunas disponen de un bajo cubierta, se une a ello la pobreza de materiales que no cumplen con las exigencias de la vida actual, pudiendo considerarse infraviviendas. Las edificaciones se disponen adosadas en hilera. La construcción del barrio se remonta a mediados del siglo XIX, recogido y diferenciado en la cartografía de Francisco Coello de Portugal y Quesada.

El conjunto histórico cuenta con varios bienes de interés cultural:

  • Iglesia Nuestra Señora del Buen Varón, de gran interés artístico, ejecutada íntegramente en excelentes piezas de sillería, con elementos de distintos estilos y etapas. La iglesia está ubicada en el centro del pueblo, abriendo su potente mole a tres amplias plazas. Salvo algunos de sus elementos tardorrománicos reaprovechados de un templo anterior, se comenzó a finales del siglo XV o comienzos del XVI, iniciándose por la cabecera. Su interior es de bastante amplitud, ordenado en una sola nave, a la que se añade la capilla mayor. Elevado a los pies del templo se dispone un amplio coro renacentista, construido con excelente piedra de cantería.
  • Cruceros. Frente a la ermita del Cristo se dispone un crucero de piedra de finales del siglo XVI o comienzos del XVII. Se levanta sobre un basamento de cuatro peldaños, de planta cuadrangular, una columna lisa con capitel de inspiración jónica, rematada en cruz. Al comienzo de la calle Pablo Pérez, frente a los restos del convento del Espíritu Santo, se sitúa otro crucero elaborado con piezas de granito. Sobre un basamento de tres gradas, compuestas por piezas de cantería, se dispone una columna de fuste liso, con basa de tipo geométrico troncopiramidal, rematada en cruz latina colocada sin elemento de transición, directamente sobre el fuste. Otro bello crucero ejecutado en piedra granítica se sitúa en el interior del núcleo urbano de Hoyos, en la plaza Capilla, conocido como ‘Cruz de la Nava’, una columna de fuste liso, con capitel inspirado en el orden jónico y decorada con jarrón de azucenas, alusivo a la Virgen María.
  • Convento del Espíritu Santo, edificio singular situado a las afueras de la población, en la actualidad se encuentra expoliado y los pocos restos que conserva están en ruina, siendo solo reconocibles la iglesia y los cimientos del claustro con sus puertas de acceso. Pertenecía a la provincia franciscana de San Miguel y fue fundado por Pablo Pérez, vecino de Hoyos, que intervino en la conquista del Perú junto a Pizarro, donde se enriqueció. De los restos conservados el de mayor interés es el muro del evangelio, se mantiene casi íntegro.
  • Ermita del Cristo Bendito del Valle, situada al lado de la carretera de Cilleros, de la que se tienen referencias en 1594. Cuatro contrafuertes en esquina sustentan una cornisa que porta en los cuatro frentes sendos rostros humanos. Remata en una cubierta a cuatro aguas. Protegiendo la puerta de acceso, en arco de medio punto, se disponía un tejaroz, del que únicamente se conservan las basas de las columnas que lo sustentaban. El interior se cubre con una cúpula que apoya sobre pechinas, aunque conserva los jarjamentos de una anterior cubrición con bóveda de crucería gótica. Acoge la imagen de un Crucificado, muy modificado, posiblemente bajo los repintes se encuentre una obra del siglo XVII.
  • Arquitectura residencial nobiliaria. Es la arquitectura civil lo que diferencia esta población de las del resto de Sierra de Gata. Se da una gran concentración de edificios de tipo palaciego, en los que debieron trabajar los maestros y canteros que intervenían en la construcción de la catedral de Coria durante estos siglos a iniciativa de las dignidades eclesiásticas del obispado fue Hoyos su residencia veraniega. Existe un predominio de grandes casonas de tres plantas y aspecto nobiliario.
  • Arquitectura tradicional. También discurren por el entramado urbano edificios con rasgos característicos de la arquitectura serrana de tipo popular, de las que conserva Hoyos edificios de interés. Son más abundantes las viviendas de tres plantas, aunque también las hay de dos. Se combinan los muros levantados con piezas de sillares bien escuadrados, o a base de gruesa mampostería enripiada y rejuntada. En los pisos superiores, la mampostería suele enfoscarse con revocos de cal. Hay también ejemplos de arquitectura entramada, donde los pisos superiores, a veces con los entrepaños de adobes, vuelan sobre las vigas de piso, que suelen terminar en rudimentarios y esquemáticos canes.
  • Barrio del Escobar. Aunque separado del núcleo principal del conjunto urbano, forma parte indisoluble del mismo. Por la tipología arquitectónica de sus viviendas se encuadra dentro de la arquitectura popular, pero con ciertas singularidades respecto al resto del conjunto urbano. Destacamos de estos edificios, por una parte, la pobreza de las construcciones, no hay ningún elemento reseñable que no sea el funcional y por otra la economía de los espacios. Las viviendas son estructuras de mampostería de granito enripiada, no suele presentarse enfoscada, dejando vistos los mampuestos. Los huecos son mínimos; en fachada principal únicamente la puerta de acceso y un vano reducido, a modo de ventanuco en fachada trasera, que suele dar luz al espacio de sala; los dinteles son de madera. Hay un predominio del macizo sobre el vano. La cubierta presenta forjados de madera de acabado tosco con vigas y cuartones en rollizo; la tabla ripia sin cuajar, y el cerramiento es con teja cerámica curva del tipo árabe.
  • Otros bienes patrimoniales destacados
    • Vía Crucis pétreo, que se encuentra diseminado por algunas calles del pueblo. Las cruces latinas marcan un recorrido que muere en el conocido como sitio del Calvario, a las afueras del núcleo poblacional, en una zona de expansión en la que se encuentran edificios con funciones de equipamiento.
    • Molino de Santa Catalina. Se encuentra situado fuera de la delimitación del Conjunto Histórico y su entorno de protección, a unos 500 metros a la salida de Hoyos, en la carretera Hoyos-Cilleros. Dispone de varias dependencias asociadas a la actividad del molino: la extracción de aceite.

Dentro del área del Conjunto Histórico se han incluido los siguientes espacios públicos que articulan la trama urbana del Conjunto: calle Álamos, calle Alférez Mora, calle Barrera, calle Buenavista, calle Callejón, Carretera Calvario, calle Coso, calle Cristo, calle Cruz, calle Derecha Baja, calle Doctor Clemente Guerra, calle Espronceda, calle Hernán Cortés, calle Héroes de Toledo, calle Horno, calle Los Molinos, calle Los Troncos, calle Marialba, calle Mayor, calle Membrillo, calle Obispo Álvarez de Castro, calle Olivares, calle Pablo Pérez, calle Palacio Justicia, calle Paz, calle Pizarro, calle Portugal, calle Príncipe, calle Reina, calle San Antonio, calle San Lino, Callejón de Navarro, Plaza Capilla, Plaza de la Constitución, Plaza de Gabriel y Galán, Plaza Mayor, y otras parcelas de suelo rústico.

La localidad cacereña de Hoyos es declarada Bien de Interés Cultural con categoría de Conjunto HistóricoA raíz de esta declaración de protección y reconocimiento de valor patrimonial, los proyectos de obras que afecten a alguno de los bienes inmuebles o elementos de la zona Bien de Interés Cultural o de su entorno han de incluir un estudio histórico-arqueológico del elemento de referencia y una evaluación del posible impacto que dicho proyecto podría producir a las estructuras y otros vestigios que allí se localizan, de cara a que el organismo o administración competente pueda establecer aquellas medidas que garanticen su salvaguarda.

Por otro lado, todas las obras las de nueva edificación, urbanización e infraestructuras que impliquen la remoción del subsuelo dentro de los límites del Conjunto Histórico, con carácter previo al inicio de las obras se deberán realizar sondeos arqueológicos con medios mecánicos que abarcarán la totalidad de la superficie de actuación prevista por las obras. En el caso de que los sondeos den resultado positivo será indispensable la excavación arqueológica de la zona afectada por el proyecto de referencia, o en su caso la modificación del proyecto de obras a realizar, al objeto de salvaguardar o integrar la mayor parte de los restos o vestigios que aparezcan. En ambos casos, será necesario realizar un seguimiento arqueológico preventivo de las obras autorizadas hasta que se extinga el riesgo de afección patrimonial que éstas puedan producir.

Crédito de la imagen

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